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¡Holi amiguis!

Llevo ya un tiempo con este blog y siempre hablo sobre ilustración, sobre ilustradores… pero ¿qué es un ilustrador?*

*Mientras escribía esto he recordado una de las primeras clases que tuve en Bellas Artes, donde nos explicaron que “el arte es lo que hacen los artistas”.

Técnicamente, un ilustrador es una persona que hace ilustraciones *profesionalmente*, es decir, le pagan por hacerlas. Pero hay muchos modelos de negocio diferentes para ilustradores.

Tendemos a pensar que los ilustradores son freelance (autónomos), pero no tiene por qué ser siempre así. Según el informe territorial de la APIM de abril del 2020, el 53,57% de los encuestados son autónomos, mientras que el 17,86% trabaja por cuenta ajena. Otras situaciones laborales presentes en la encuesta son ilustradores que combinan la ilustración con otro trabajo, desempleados, estudiantes o jubilados. 

La mayoría de los ilustradores dados de alta como autónomos no lo estuvieron durante todo el año (es decir, se dieron de alta y de baja según las necesidades de cada momento).

De hecho, el 55,10% de ilustradores encuestados «se ve obligado en muchas ocasiones a trabajar en otros sectores porque no ganan lo suficiente con la ilustración para vivir de la misma” (extracto del informe de la APIM).

Es decir, más de la mitad de los ilustradores que participaron en la encuesta de la APIM trabajan en otros sectores porque no pueden vivir exclusivamente de la ilustración. Estas otras profesiones pueden ser, por ejemplo, la docencia, formación, diseño gráfico, venta de productos online o, en mi caso, cosas tan variopintas como vender mojitos en una fiesta temática o recorrer un centro comercial disfrazada de elfo en navidades.

 

 

Lo que vengo a decir con todo esto es que hay muchísimas maneras de ser ilustrador y que no eres menos ilustrador que los demás por no poder dedicarle el 100% de tu tiempo a ello.

Debemos ser conscientes de que es una profesión complicada, que tiene sus momentos de mayor o menor volumen de trabajo y que hay que tomársela como una carrera de fondo: paso a paso y apreciando las pequeñas victorias que conseguimos.

¿Quieres ver el informe completo? Puedes acceder desde aquí: Informe territorial APIM

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En mi calendario ilustrado, cada mes propongo una idea creativa para que pruebes en casa y así pasar un buen rato trabajando con las manos. En el mes de febrero, te propongo probar el lettering:

 

¿No sabes de qué va el calendario? ¡Échale un ojo en Etsy!

Y eso es todo ¿te lo has pasado bien? ¿Lo habías hecho antes? ¡Comparte tus creaciones en Instagram , Twitter y LinkedIn y no olvides usar #creaconwendy y etiquetarme!✨

¡Hola amiguis!

Otro año que empieza y muchos ilustradores y creativos andamos buscando encargos e ingresos hasta debajo de las piedras.

Y es que vivir de una profesión creativa nunca es fácil (más adelante tengo pensado hablar de distintos tipos de profesionales de la ilustración, ¡estad atentes!).

Por eso, hoy he pensado en hablaros de algo que nos puede ayudar a llegar a fin de mes un poco más tranquilos: los ingresos pasivos.

Los ingresos pasivos son aquellos que no requieren de tu tiempo una vez creados y que prácticamente funcionan solos, dándote algo de cash extra de vez en cuando. A continuación voy a listar algunos ejemplos de ingresos pasivos enfocados a la ilustración, pero hay muchos tipos distintos (si te interesa el tema, te invito a investigar un poco más ¡quizá hasta puedas inventar alguno nuevo!).

1- Vende productos digitales online ?

Los productos digitales pueden ser muy variados: fondos de pantalla para móvil u ordenador, hojas para colorear imprimibles, planificadores o calendarios, libros, pinceles para Photoshop o Procreate, paletas de colores digitales, tutoriales… lo que se te ocurra. Son productos ya terminados que no tendrás que enviar, por lo que lo único que tienes que hacer es subirlos, anunciarlos y esperar a que llegue el dinero.

Dónde vender estos productos: puedes probar en Etsy, Gumroad, o abrir tu propia tienda online (te recomiendo que antes de hacerlo mires bien sus políticas de pago, modo de funcionar… ¡cada plataforma es distinta!).

2- Ko-Fi ☕️

Hay varias páginas de micromezenazgo como Patreon, Buymeacoffe… En estas páginas, tus suscriptores te dan una cantidad de dinero mensual a cambio de recompensas (tú eliges el precio y la recompensa). Todo esto requiere un trabajo fijo al mes, ya que tienes que hacer llegar las recompensas a tu público. Con Ko-Fi, sin embargo, puedes montar tu página y recibir donaciones sin tener que poner contenido extra cada mes (si te interesa ese modelo, con la opción Gold también se puede hacer). Otra opción similar es poner un botón de donación a través de Paypal en tu propia web.

3- Haz un curso online ?

De este tipo de ingreso pasivo no hablaré mucho ya que no tengo experiencia directa con el tema, pero algunas plataformas como Domestika, Skillshare o Crehana tienen cursos online en los que los profesores son profesionales en activo. Si eres experto en algún tema en concreto, puede que te interese esta opción.

4- Impresión bajo demanda ?

Ya comenté esta opción hace un tiempo como manera de vender tus ilustraciones online. En páginas como Redbubble, Society6 o Shopify puedes montar una tienda online con productos físicos, pero tú sólo te encargas del diseño. La impresión y la distribución la gestionan ellos mismos y tú recibes un porcentaje de cada venta.

5- Vende imágenes de stock ?

Esta opción tampoco la he probado en persona, así que no conozco los pormenores, pero lo comento porque puede ser una idea interesante. Muchas empresas, en vez de contratar a un ilustrador, diseñador o fotógrafo directamente, buscan en páginas como Shutterstock, CreativeMarket o Pexels imágenes y recursos ya terminados. 

Y hasta aquí la lista de ideas sobre cómo generar ingresos pasivos. Con esto, no estoy diciendo que corras a abrirte un perfil en todas y cada una de las páginas que menciono, pero sí espero que te haya dado un punto de partida para investigar un poco sobre el tema y valorar cuáles te pueden funcionar mejor a tí en particular.

¿Y tú? ¿Conocías algunos de estos recursos? ¿Te han funcionado bien? ¡Compártelos conmigo en Instagram , Twitter y LinkedIn !

Como ya anuncié, cada mes iré subiendo pequeños tips, tutoriales, vídeos y ejemplos de las ideas creativas que propongo en el calendario ilustrado.

Mi idea con esto es dedicar un rato a hacer algo creativo, probar cosas nuevas, pasar un buen rato y relajarnos juntos.

Las actividades creativas nos ayudan a concentrarnos en un tema concreto y a dejar de lado las preocupaciones por un rato. Además, aprender nuevas habilidades y crear algo con las manos refuerza la autoestima y le da un empujoncito a nuestros ánimos.

¿No sabes de qué va el calendario? ¡Échale un ojo en Etsy!

Para el mes de enero, la idea creativa que propongo es hacer un sello o linograbado. Te lo cuento todo en el siguiente vídeo:

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¡Hola amiguis! 

Ya casi tenemos aquí el año nuevo y es un buen momento para pararse a reflexionar sobre el año que dejamos atrás y pensar qué va a ser de nosotros planear el año que viene.

Por mi parte, este año ha sido muy loco. 2019 ya fue un año bastante duro tanto a nivel personal como laboral, y cuando por fin empezaba a salir del hoyo me encontré una pandemia global que trastornó todo de nuevo.

Aun así, creo que he hecho más o menos lo que me propuse (excepto lo de salir más de casa y ver más a mis amigos, claro). He dibujado mucho más, he adquirido nuevos conocimientos y hecho algunos cursos, he empezado a cuidarme más e ir a terapia, he leído 49 libros hasta el momento (puedes ver mi reading challenge en Goodreads) y, sí, conseguí un corte de pelo.

Además, he revivido mi tienda online, renovado mi portafolio, empezado (y mantenido) este blog y he conseguido estar al día con todas mis redes sociales sin morir de estrés en el intento.

De cara a 2021 me propongo ser más activa a la hora de buscar clientes, dejar de fustigarme trabajar en mi paz mental y en mi confianza, hacer crecer mi tienda online, ir más a la montaña (si nos dejan), empezar una newsletter mensual llena de contenido interesante, hacer un fanzine nuevo y, si me da la vida, leerme otros 50 libros.

Y ya que hablamos de año nuevo, os quiero enseñar el proyecto que más me ha gustado hacer este año: el calendario ilustrado 2021.

Hace ya 5 años que hago un calendario, los anteriores se titulaban Mujeres asombrosas en la historia. Eran tamaño A3 (abiertos) y el diseño se veía tal que así:

 

Este año he decidido hacer un cambio radical y adaptarlo más a mi estilo actual. Es tamaño A4, encuadernado con espiral para colgar y está hecho con un papel offset mate súper bonito, que además permite escribir en él. 

He cambiado el diseño completamente, ahora está en bilingüe castellano-inglés, tiene espacio para notas y las ilustraciones, más complejas y coloridas, tienen más protagonismo.

Además, en cada mes incluyo una propuesta creativa para hacer en casa: desde collage a grabado, origami o mini-fanzines… iré acompañando estas propuestas con entradas, ideas y tutoriales en mi blog, newsletter y redes para hacerlo más interactivo.

Puedes conseguirlo en mi tienda de Etsy ¡espero ver tus creaciones!

¿Y tú? ¿Qué te propones para este 2021?

¡Cuéntamelo todo en Instagram , Twitter y LinkedIn !

No sabes lo que me está costando escribir esto. Pero creo que es muy necesario, ya que es un problema que afecta a muchos ilustradores, creativos y personas en general, tanto en el ámbito profesional como en el personal.

El síndrome del impostor es un fenómeno que nos hace pensar que nuestros logros son por casualidad, que en cualquier momento las personas de nuestro alrededor se van a dar cuenta de que somos un fraude y que no somos realmente buenos en lo que hacemos. 

Suele ir de la mano del perfeccionismo (la dificultad para aceptar cualquier imperfección o error en lo que estamos haciendo) y, en mi caso, ataca directamente a la autoestima ya que tiendo a relacionar mi valía como persona con lo productiva que soy o con la calidad de mi trabajo.

¿Todo esto te suena de algo?

Esta especie de combo mortal (síndrome del impostor, perfeccionismo y asociar la valía personal con la productividad) me ha hecho perder muchas oportunidades y me ha puesto más palos en las ruedas de los que puedo contar. Y lo peor es que siempre he sido más o menos consciente de ello, pero es muy difícil romper estos patrones.

En un momento determinado, incluso me hicieron tirar la toalla y dejar de dibujar por completo durante unos meses. Al final, me di cuenta de que necesitaba un cambio de perspectiva y, reflexionando mucho, llegué a una serie de conclusiones:

  • Dibujo porque me gusta, por lo tanto debería pasármelo bien mientras lo hago.
  • Es mejor tener algo terminado que tener algo perfecto.
  • Yo NO soy mi trabajo.
  • Tengo derecho a equivocarme. De hecho, si no me equivoco nunca mejoraré.
  • Si a alguien no le gusta mi trabajo, no es el fin del mundo. No le puede gustar a todo el mundo.
  • Me merezco dedicarme a lo que me gusta, o por lo menos intentarlo.

Todo esto suena muy bien, pero es muy muy MUY difícil de interiorizar. Se necesita paciencia y hay que aceptar que habrá altos y bajos, días mejores y peores. Así que si estás en este camino, ¡muchos ánimos compañera!

Aquí te dejo algunos recursos extra sobre el tema:

  • Struthless (en inglés): canal del ilustrador Campbell Walker. En él nos habla de su experiencia vital, de cómo lidia con las trampas que su mente le pone durante el proceso creativo. Da algunas técnicas tan divertidas como interesantes para superar estas trabas.  
  • Viviendo del cuento: en este podcast, las ilustradoras Eva Carot, Srta M y Laura Gómez hablan de la profesión del ilustrador. En este episodio hablan sobre el síndrome del impostor, pero te invito a escuchar el resto de los episodios ya que son tan interesantes como entretenidos.

¿Te sientes identificada con todo esto? ¿Sigues alguna técnica para lidiar mejor con ello?

Podemos comentarlo y auyudarnos mutuamente en Instagram , Twitter y LinkedIn

¡Hola amiguis! Hoy entraremos de lleno en la maquetación del portafolio y os hablaré de un básico del diseño editorial: la retícula.

Necesitaremos:

  • Un ordenador
  • Los archivos de nuestras ilustraciones bien ordenados, tal como dije en post anteriores (si no sueles trabajar en digital deberás escanear tus ilustraciones y adaptarlas).
  • Programas: Adobe Indesign (si tienes imágenes escaneadas puedes retocarlas con Photoshop)
  • Conocimientos básicos sobre estos programas son bienvenidos y te harán la vida más fácil. No necesitas conocerlos a fondo y hay muchas maneras de aprender a usar las herramientas básicas de manera gratuita en internet (youtube, blogs, manuales…), creo que es una buena idea invertir tiempo en aprender un poco sobre este tema. 

Hablemos de la retícula: las retículas son un elemento muy usado en diseño gráfico, sobretodo en editorial. Una buena retícula funcionará como el “esqueleto” de nuestro diseño y hará que todo quede bien colocado en su sitio. 

¿Preparade? Como ejemplo, haré un portafolio para mostrar digitalmente. Te lo cuento en este vídeo:

 

 

Espero que no os haya abrumado mucho, sobretodo si nunca habíais usado Indesign antes. Mi idea al hacer este vídeo/serie de entradas del blog no era dar una clase de Indesign, ni dar una serie de normas estrictas para crear un portafolio.

Mi idea era dar un punto de partida sobre el que empezar a investigar sobre el portafolio, mostrar mi experiencia personal y manera de hacer. También, por qué no, invitar a la reflexión personal de cada uno: es interesante plantearnos si al hacer nuestro portafolio estamos aplicando todo lo que sabemos y si lo estamos enfocando de manera correcta para que nos ayude a encontrar los proyectos que queremos.

En definitiva, si lo estamos tratando como una herramienta útil y aprovechable o simplemente tenemos uno a medio hacer o al que no le prestamos mucha atención porque no nos apetece o no podemos dedicarle tiempo, quizá por miedo o por no saber cómo enfocarlo. Sobre esto, escribiré un poco para la entrada del mes que viene.

 

El portafolio, igual que nuestra habilidad como ilustradores, nunca está completo. Y es que a medida que trabajamos vamos mejorando, y este aprendizaje constante hace que, de vez en cuando, tengamos que ir actualizando nuestro portafolio para que nos acompañe en el camino y represente nuestros mejores trabajos.

Así que no te preocupes si no está perfecto al principio, poco a poco irá cambiando para mejor.

Por último, quiero decir que aunque parece mucha información y se hace muy pesado al principio, pero si vamos paso a paso, dividimos el trabajo y tenemos un poco de paciencia al final llegaremos al resultado deseado.

Y más o menos eso es todo lo que quería compartir sobre el portafolio. ¿Te ha parecido interesante? ¿Tienes alguna duda? ¡Escríbeme! Podemos comentarlo en Instagram , Twitter y LinkedIn

He estado unos meses sin poder subir vídeos debido a problemas técnicos con mi ordenador (a principios de julio mi portátil murió inesperadamente y una serie de catastróficas desdichas me impidieron conseguir un ordenador nuevo hasta finales de agosto). He podido ir trabajando con mi iPad y con fuerza de voluntad, pero ahora ya está solucionado.

Hoy os traigo un #drawwithme ( #dibujaconmigo ) muy especial: forma parte del reto #inktober que este año he decidido seguir a mi manera: 8 ilustraciones, 2 a la semana durante el mes de octubre, y con temática de brujas. Hacer menos ilustraciones me ha permitido dedicarle más tiempo a cada una y no estresarme tanto si un boceto no me gustaba y tenía que repetirlo un par de veces. ¡Al final, se trata de darle a los pinceles y divertirse!

Espero que el vídeo os guste tanto como me ha gustado a mí hacerlo. Ha sido muy divertido elegir la música y decorar la ilustración para el resultado final, ha sido mi manera de celebrar Halloween ya que este año no podremos salir mucho ¡y eso que es mi fiesta favorita del año! ?

 

Ya nos vamos acercando al momento de maquetar el portafolio, pero antes quiero dedicarle un post a otros elementos básicos que necesitamos decidir antes de ponernos a maquetar: la composición, la tipografía y el color. 

Recordemos que diseñar es un acto de creación consciente, es decir, antes de ponernos al lío pensamos en qué queremos comunicar y cuál es la mejor manera de hacerlo. En contra de a la creencia popular, diseñar consiste más en tomar decisiones en base a un conocimiento previo que en expresar lo que sentimos de manera automática.

Inciso: Por el formato de las entradas de este blog y para no aburrirte, sólo mencionaré brevemente estos elementos. Si te interesa que haga otra entrada más detallada sobre cualquiera de estos temas, ¡dímelo y lo preparo para más adelante!

Vuelvo al tema: en nuestro caso, lo que va a mandar son las ilustraciones, por lo que elegiremos una gráfica que se adapte y acompañe a nuestro estilo. Aquí, de nuevo, no hay una única manera correcta si no que tendremos que ver qué se adapta mejor a cada caso.

Composición: debes tratar las páginas del portafolio como si fueran una ilustración o una serie de ilustraciones: aplica los mismos principios de jerarquía visual (destacar los elementos principales), de contraste, de orden, de peso visual, de espacio, de ritmo…

Tipografía: el de la tipografía es un mundo muy complejo y rico y no me voy a meter mucho en él porque no soy una experta en este campo. Si os interesa saber más os puedo dejar algunos recursos sobre tipografía más adelante, pero por ahora basta con conocer una serie de normas básicas:

  • Legibilidad: MUY importante, debemos ser capaces de leer bien los textos, cuidado con las tipografías de fantasía.
  • Tamaños: lo mismo. Si no estás seguro de cómo se va a leer una vez impreso, un truco es imprimir algunas páginas (en la impresora de casa o en una copistería sirve) y así te aseguras de que se leerá bien. Un contraste alto entre los títulos y el texto corrido dará interés a la página.
  • Combinación de tipografías: lo ideal es usar una o dos tipografías como mucho. A la hora de elegir, debemos combinar dos tipografías que sean bastante diferentes para que contrasten, el ejemplo clásico es una con serifa y otra sin. Las fuentes con muchos cuerpos (light, book, medium, bold, condensed, extrabold, black…) dan un plus de versatilidad.

  • Dónde encontrar tipografías: lo típico es buscar en Dafont o 101fonts, que son directorios de fuentes gratis. Cuidado con esto: muchas de ellas son pruebas gratuitas y no tienen todos los caracteres necesarios (por ejemplo, las tildes o la letra ñ). Yo te recomiendo que investigues en webs y blogs de diseño y veas cómo usan la tipografía ellos y cuál puede funcionarte mejor a ti. 

 

Colores: puedes hacer lo que quieras mientras tenga sentido. Por ejemplo, si quieres dar una imagen de sobriedad o elegancia puedes usar el blanco y negro. Si en cambio tus ilustraciones son kawaii y coloridas, puedes usar colores brillantes (recuerda que lo que debe destacar son las ilustraciones, la maquetación acompaña pero no domina). Una paleta de colores reducida y armónica siempre es una buena opción.

Sé que son muchas cosas que asimilar pero creo firmemente que vale la pena investigar y formarse un poco sobre diseño. No es necesario ser un experto, pero tener algunas nociones básicas te será útil en tu vida como ilustrador. Respecto al portafolio, creo que pararte a pensar antes de empezar te ayudará muchísimo a saber qué quieres hacer y a hacerlo con más confianza. No es cosa de que el diseño esté bien o mal, si no de que sirva su propósito y exprese bien lo que quieres expresar. 

Bonus tip: a nivel personal, pienso que ante la duda es mejor hacer las cosas sencillas. Si no te sientes muy seguro con tus conocimientos sobre diseño gráfico, optar por el minimalismo te facilitará la tarea y tienes menos posibilidades de que quede raro o no se entienda. Al final, lo importante son las ilustraciones y eso es lo que tenemos que destacar.

Y hasta aquí la entrada de hoy, ¿te parece útil el contenido? ¿Te gustaría que compartiera algunos recursos sobre diseño gráfico, tipografía, composición, color, etc. por aquí o en mis redes sociales? Podemos comentarlo en Instagram , Twitter y LinkedIn

Una vez nos hemos informado sobre el mundo de la ilustración y sobre el sector al que nos queremos dirigir, toca curar el contenido de nuestro portafolio. Y es entonces cuando nos asaltan las primeras dudas: ¿qué incluyo? ¿Qué cantidad de imágenes pongo de cada cosa? ¿Hago un portafolio digital o en papel? ¿Añado textos?

Muchos de estos factores dependerán del sector al que te enfoques, por ejemplo:

  • Si quieres dedicarte al sector editorial deberías tener un portafolio digital y uno físico, (si tienes algún trabajo publicado es mejor que lo lleves también) ya que cuanto más terminado esté lo que presentemos al editor más fácil le haremos el tomar la decisión de si le interesa nuestro trabajo.
  • Si te dedicas a la ilustración para medios digitales (por ejemplo, apps) será mejor que tengas un portafolio digital. 
  • Si quieres enfocarte a la ilustración para producto, no está de más incluir mock-ups (haré un post sobre eso más adelante) o maquetas de cómo quedará la ilustración en el producto.

La idea es que presentes tu trabajo en el formato en el que se va a reproducir y que quede lo más terminado posible. Míralo desde el punto de vista del cliente y piensa si va a entender tu portafolio y si le va a ser útil para decidir si quiere contratar tus servicios.

Sobre la cantidad de imágenes no hay nada establecido, pero sí una norma de oro: es mejor la calidad que la cantidad. Es mejor poner pocas ilustraciones que destaquen y sean realmente buenas que poner muchas mediocres o con las que no te identificas, lo habitual es entre 10 y 15. Bonus tip: ¡haz series! Hacer diversas ilustraciones sobre un mismo tema (por ejemplo, varias cubiertas de libro para una colección o diseños para botellas de zumo de distintos sabores), eso demostrará que tienes un estilo consistente y sabes plasmarlo en varias ilustraciones de conjunto.

Por último y para facilitarte el trabajo, ¡organízate! Es importante que a la hora de preparar o actualizar tu portafolio puedas acceder fácilmente a las imágenes que vas a incluir. Es por eso que te hará la vida mucho más sencilla el tener un sistema de carpetas bien ordenado (por año, por cliente, por sector…) en tu ordenador. En mi caso lo tengo por año y por cliente. Otra cosa que hago es, una vez terminada, exportar la ilustración en varios formatos: en CMYK en alta resolución para imprimir y para el portafolio en papel, en RGB en alta resolución para el portafolio digital y en RGB en media/baja resolución para colgar en mi web o en redes sociales (y en un formato que se adapte a las mismas). También nombro los archivos para que sea fácil distinguirlos. Así, cuando voy a buscar la imagen para cualquier uso no tengo que volver a abrirla y redimensionar; es más eficiente.

Con toda esta información es hora de elegir qué proyectos añadiremos en el portafolio, cuántas imágenes por proyecto, si lo haremos digital, físico o ambos, qué formato y tamaño y qué número de páginas aproximado tendrá y también de ordenar los archivos para tenerlos listos a la hora de maquetar.

Y eso es todo por hoy, ¿qué dudas te han surgido a la hora de empezar a maquetar tu portafolio? ¿Te cuesta mantenerlo actualizado? ¡Cuéntame todo sobre ello en los comentarios y en mis redes sociales! Puedes encontrarme en Instagram , Twitter y LinkedIn