21 dic Inspiración divina ¿realidad o mito? ?
¿De dónde te viene la inspiración? Esta pregunta es muy común. Si eres artista o creative de cualquier tipo, seguro que la has oído. Es natural preguntarse de dónde salen las ideas ¡y es que parece magia!
La verdad es que no me gusta el concepto de la inspiración, o por lo menos la idea que comúnmente se tiene sobre ella: algo que aparece por arte de magia, de manera aleatoria y en cualquier momento. Aunque es cierto que puede llegar a ser así, eso ocurre muy MUY raramente.
La inspiración se trabaja de diversas maneras, la primera es nutrirse de referentes. Cuando decimos referentes tendemos a pensar en otres artistas, pero yo pienso que cualquier objeto o situación pueden ser la pieza clave que haga que nuestro cerebro genere una idea nueva. Por ejemplo, una conversación, una película, una persona que veas por la calle, un chiste, un libro, una canción… En realidad, gran parte de lo que llamamos inspiración es una mezcla de todas nuestras vivencias, recuerdos y gustos cocida a fuego lento en el interior de nuestra cabeza, y es por eso que el estilo de cada artista es único.
Otra manera de trabajar la inspiración es… bueno, trabajando. Una de las mejores maneras de aprender es a través de la experiencia, y lo mismo vale para las ideas. Cuanto más tiempo dediques a practicar, más probable es que cuando necesites pescar una idea para un proyecto la tengas a mano.
Las personas no solemos ser lineales, habrá épocas en las que tengas muchas más ideas (o estés más inspirade) y otras en las que tu cerebro esté un poco más seco. Una buena idea es tener un cuaderno donde anotes todas esas ideas que no tienes tiempo de desarrollar y que quizá te sirvan de base más adelante.
Por último, es muy importante darle a nuestro cerebro tiempo para procesar información y eso lo podemos hacer descansando de vez en cuando. Si te saturas o ves que no avanzas en un proyecto, quizá sea buena idea dejar de darte cabezazos contra esa pared y salir a dar una vuelta y despejarte.
Bonus tip: Es muy importante cuidar de nuestra salud mental. La vida como creative es muy gratificante pero también puede ser abrumadora. La tristeza, el miedo, la culpabilidad o la frustración son emociones que pueden empeorar el bloqueo artístico. Es importante ser pacientes con nosotros mismos, darnos tiempo para procesar las emociones y pedir ayuda en caso de necesitarlo.
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